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domingo, agosto 30, 2009

Río Bermejo: una fuente inagotable de agua que debe ser aprovechada


Domingo, 30 de Agosto de 2009 - Publicado en La Chaqueña.
Por Pedro A. Favarón
“..Cruzando el Chaco debo decirles que me avergüenzo de que en sus poblaciones no haya agua, pero poco a poco, se irán subsanando esas necesidades. No habrá Gobierno que no solucione este problema si cada uno de vosotros pone el hombro”.
Esta frase la pronunció el 25 de octubre de 1947 el general Juan Domingo Perón en un discurso durante su visita al Chaco, y fue mencionada por el director de NORTE, Miguel Ángel Fernández, en el acto del 58º aniversario de la Provincialización del Chaco, durante la reseña histórica de nuestro proceso institucional, desde que nuestra provincia aún era territorio nacional.
El próximo 25 de octubre, se cumplirán 62 años de esa frase tan visionaria, como tantas otras pronunciadas por el general Perón, y nos encontramos con una realidad que es poco distinta a la de aquel entonces, observada por el ex presidente.
La aflicción que causaba la falta de agua a los pobladores de casi todo el territorio chaqueño, sigue muy latente a pesar de que somos casi una mesopotamia, por nuestra tierra ubicada geográficamente “entre ríos”.
Y si de ríos se trata, en el Chaco podemos hablar del río Bermejo, como una fuente inagotable de agua que debe ser aprovechada.
El río Bermejo es un largo curso de agua que atraviesa Bolivia y Argentina con una longitud total de 1450 kilómetros y la mayor parte de su trayectoria lo hace en territorio argentino.

Curso boliviano
Nace en el cordón montañoso conocido como Santa Victoria en el departamento de Tarija (Bolivia) en las proximidades de La Quiaca (Jujuy). El río sigue un curso en dirección sudeste donde su primer afluente es el río Lipeo, posteriormente recibe el aporte del Río Grande de Tarija (Junta de San Antonio), donde el río entra en territorio argentino

Su recorrido argentino
En cercanías de San Ramón de la Nueva Orán recibe el aporte del Río Iruya y en las cercanías de Embarcación y Pichanal recibe el gran aporte del río San Francisco y a partir desde este punto el río se hace navegable para pequeñas y medianas embarcaciones y discurre por la llanura Chaqueña formando el límite meridional del Chaco Central.
Casi cruzando el trópico de Capricornio su ancho cauce se divide en dos brazos, uno meridional (río Bermejito) que corresponde al viejo cauce que se separó a fines del siglo XIX; y el septentrional, conocido como Teuco, el mas caudaloso y que hace de frontera entre el Chaco y Formosa mientras que el río Bermejito atraviesa casi íntegramente, dentro de nuestra provincia, en la zona de El Impenetrable.
Es característica de la baja cuenca no tener afluentes sino efluentes, porque su nivel de base es superior a los terrenos circundantes lo que hace que en épocas de crecientes el río desborde hacia el Chaco y Formosa en forma de abanico. Aguas que en el caso de nuestra provincia son tomados entre otros por los ríos Guaycurú, Guaycurú Chico, Río de Oro y otros.

El aprovechamiento
del Bermejo
El río puede ser aprovechado regulándolo o no. Existe un inventario efectuado por la OEA que data de la década del 60, que evalúa el recurso en todo su potencial.
El Bermejo tiene un caudal medio de 410 milímetros cúbicos por segundo, y en él se han proyectado varias obras de represamiento, almacenamiento, generación eléctrica y control de sedimentos que permitirán la regulación del cauce y garantizarán la fuente en forma permanente (Las Pavas, Arrazayal, Cambari, y otras)
Hace un mes el presidente da la Cobinade (Comisión Binacional para el Desarrollo de la Alta cuenca del Bermejo y Río Grande de Tarija), Eduardo Cavadini anunció para 2010 el llamado a licitación de la Presa reguladora Hidroeléctrica Arrazayal, en la frontera de Salta con Bolivia (Tarija), lo que dará inicio a la regulación efectiva del río.

Obras necesarias
a río no regulado
Más allá de las obras antes mencionadas es necesario el manejo de la cuenca a río no regulado, que nos permitirá un abastecimiento de agua para consumo humano y la producción agrícola, ganadera y agroindustrial. En esta materia nuestra provincia es la que cuenta con el mayor atraso, en relación con las otras que comparten la cuenca y que han participado en los convenios de repartición de los caudales.
Es otra la condición natural del río, que a través de sus efluentes deriva por desborde una importante masa de agua en épocas de crecidas. Es menester controlar esos excesos a través de un plan integral de manejo de la cuenca, reencausándolos utilizando los propios ríos efluentes, paleocauces, madrejones y canalizaciones que permitan entre otras el almacenamiento de esos excedentes líquidos.
Se debe lograr en el menor tiempo posible, recuperar las condiciones naturales del sistema, partiendo desde el Bermejo, que llena las cuencas con sus desbordes y a partir de allí —con una suave pendiente (Noroeste-Sureste), que tiene el territorio provincial hacia el centro este chaqueño—, podemos aportar agua para miles de pobladores con obras sencillas de manejo de las cuencas hídricas, siguiendo los dictados de la naturaleza.
Aquí tenemos que recuperar las condiciones naturales del sistema y esto no debe demorarse más, por que si hay algo que le permitirá a nuestra provincia despegar definitivamente es el aprovechamiento integral del Bermejo, bajo esta concepción de utilizar los cursos de agua y las pendientes naturales.
El modelo a seguir sin más demora lo tienen las provincias de Salta y Jujuy con emprendimientos privados de poca envergadura en su gran mayoría, y de otras como Formosa, que aún en condiciones menos favorables que el Chaco, ha concretado obras como Laguna Yema, generando la base de desarrollo de su porción noroeste de territorio desértico con los recursos del Bermejo.

Lo que hay
que continuar
Nuestra provincia cuenta con iniciativas puntuales y específicas en la baja cuenca, como los emprendimientos de Don Panos en Presidencia Roca, los arroceros en el tramo final del curso y la toma de agua potable para General San Martín; pero son modelos que se han ejecutado hasta mediados de los 90. Inexplicablemente desde allí en adelante se han enterrado en el olvido proyectos de magnitud como los Canales del Oeste (Colonizador y De la Esperanza) iniciados antes de Laguna Yema; al igual que Palo Marcado (Proyecto que duerme cajoneado en algún despacho oficial desde hace dos décadas). Esto sin contar los proyectos Portillo, Bañado Latapié y Río de Oro, aún más añejos que los anteriormente mencionados.
Estas obras de aprovechamiento integral del Bermejo, aún no ejecutadas, no debe demorarse un minuto más, si queremos comenzar a transformar la caótica realidad originada por la prolongada sequía que hoy sufre la producción en tres cuartas partes del territorio provincial.
“...No habrá gobierno que no solucione estos problemas si cada uno de vosotros no pone el hombro”... dijo el general Perón hace casi 62 años, al referirse al problema del agua en el Chaco. Lamentablemente hemos puesto muy poco el hombro, o casi nada, para concretar las obras tan necesarias que solucione este problema que cada vez es más grave y reduce la calidad de vida de miles de chaqueños.

Santa Rosa, la Isla metropolitana que el Chaco sigue ignorando

La comunidad de habitantes, productores y promotores comunitarios de las 5000 hectáreas de la Isla Santa Rosa pueden enumerar estas y muchas otras actividades para señalar potencial económico productivo y turístico del lugar, a sólo 20 minutos del centro de Resistencia pero con la postergación de años de negación y olvido.

Se trata de la isla que separa el Puerto de Barranqueras del canal principal del Paraná marcando el contorno al riacho que la determina. Una comunidad de 60 familias de las que el 50 % es residente permanente, trabaja en soledad, con métodos y herramientas rudimentarios y casi sin apoyo.

La producción de subsistencia que generan en las 60 hectáreas cultivadas, solo les abre las puertas del sueño de una verdadera producción a escala en las ricas tierras de la Isla, alimentadas y renovadas permanentemente por el mismo impulso del Paraná.

“Cualquier producción que se desarrolle en la Isla, debe considerar esta condición; pero calculamos que hay unas mil hectáreas productivas con zonas que no se inundaron aun en períodos de crecientes extraordinarias”, anota Héctor Seba, técnico agropecuario de la Escuela de Formación Profesional 10, único docente de la Isla, a cargo de la escuela sin alumnos ni clases del lugar.

Seba es un enamorado de la isla y su potencial, a cargo de las instalaciones de la escuela inactiva, asumió voluntariamente la tutoría de la comunidad a la que asesora y promueve con el determinante apoyo de Milene Orbegozo una licenciada en administración que también abrazó la isla luego de conocerla casi por casualidad.

Juntos entusiasmaron a los productores de Barranqueras y a los residentes para organizarse en la Asociación Civil Amigos de la Isla Santa Rosa, organización con la que ahora están a punto de conquistar los comodatos del Instituto de Colonización con los que lograrán consolidar la tenencia de la tierra.

“Es un paso muy importante. Tener la tenencia de la tierra vía los comodatos que se tramitan, permitirá acceder al financiamiento y la asistencia que se necesita para llevar la producción local a una verdadera escala”, apunta.

Es que a pesar de su cercanía y facilidad de acceso, increíblemente en la Isla no hay electricidad por redes. Por la misma falta de infraestructura y asistencia y financiamiento, la producción se realiza con tracción a sangre, palas azadas y arados de mancera.

Las 800 vacas y cerdos de los productores locales, deambulan por chacras sin alambrado, los animales de distintos propietarios se mezclan y solo se identifican por las marcas a la hora de separar los rodeos.

Potencial productivo

Sólo en materia de hortalizas, la producción que se podría generar en la isla, tiene posibilidades de abastecer hasta un 20 % del consumo metropolitano, que hoy se abastece desde otras zonas productivas del Chaco o provincias.

“En la isla se dan las condiciones de suelo y climáticas para producir una variedad de cultivos impresionante. Desde hojas, espárragos, brócolis, son muchos los que pueden cultivar. Desde la Escuela tratamos de fomentar el cultivo de hortalizas bajo cubierta en verano, para cubrir un déficit que tiene el abastecimiento del consumo local en esa estación”, explica Seba.

Además de la riqueza de sus tierras, la producción de la Isla tiene promesa de éxito en la cercanía del mercado loca y de la variedad de opciones que permite.

Seba anota que los albardones y lagunas del interior permitirían una eficiente producción de peces y que además, la isla tiene una rica fauna silvestre que se puede preservar con una reserva ecológica que, además puede generar turismo local y regional.

La tenencia de la tierra, el desarrollo de infraestructura, el acceso a financiamiento y asistencia productiva pueden realmente cambiar el panorama de familias de trabajo que habitan la Isla Santa Rosa, pero también potenciar la economía local resolviendo además un importante problema de abastecimiento local. Pero fundamentalmente, será el reconocimiento a una comunidad y un lugar, que la capital del Chaco se sigue negando para si misma.

Fuente: Diario Norte.

sábado, agosto 29, 2009

Lapacheando

Todas las fotos © Lucio.

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