"Un día, la Verdad
andaba visitando a los hombres,
sin ropas y sin adornos,
tan desnuda como su nombre.
Y todos los que la veían
le daban la espalda de vergüenza
o de miedo
y nadie le daba la bienvenida.
Así, la Verdad
recorría los confines de la Tierra,
rechazada y despreciada.
Una tarde, muy desconsolada y triste,
encontró a la Parábola, que paseaba alegremente,
en un traje bello y muy colorido.
- Verdad, por que estás tan abatida?
- le preguntó la Parábola.
- ¡Porque debo ser muy fea ya que
los hombres me evitan tanto!
- ¡Qué disparate! - rió la Parábola
- no es por eso que los hombres te evitan.
Toma, viste algunas de mis ropas
y veamos lo que sucede.
Entonces, la Verdad se puso algunos de
los lindos vestidos de la Parábola
y, de repente, en todos los lugares
por donde pasaba era bienvenida.
Pues a los hombres no les gusta
encarar la Verdad desnuda;
la prefieren disfrazada".
Gracias M.A.P.