Cuando sientas helarse tu alegría
ante la sonrisa burlona de otro;
cuando veas desfallecer tu corazón
ante la desgana de los maliciosos;
cuando tu ambición se limite a querer
lo que todo el mundo quiere;
cuando seas prisionero de los demás,
del que dirán,
rebélate y no admitas otro guardián
que la pureza de tu propia conciencia.
Si tu alma está ligada
a un cuerpo indómito;
si tu corazón esta sumergido
en una sensibilidad exasperada;
si tu inteligencia está oscurecida
por las pasiones incontroladas;
si eres el prisionero de ti mismo;
por no saber luchar contra esa “droga”
que te mata a ti y a los que te aman …
Lucha con ellos para hacerte esclavo de un ideal
y ser dueño de tu propio destino.
No dejes que el volante de tu vida lo conduzca
nada que no se te haya dado por naturaleza.
Si tus limites son el fruto de tus repulsas;
si tu todo no es nada porque no está compartido;
si estás vacío por estar demasiado lleno de ti mismo;
si eres el prisionero de tu egoísmo:
Llora sobre los muros de tu vida,
Maldice tus fronteras, Rompe tus cadenas,
Abraza el mundo que te fue entregado
con tus manos liberadas y ruega al amor
que no te abandone nunca.
¡Has nacido para ser libre!
Cuando la libertad desaparece,
el hombre pierde su razón de existir.
Anónimo.