Mi Papá: El Che

Pienso en los hijos del Ché que aún eran pequeños cuando en otra latitud de este continente el odio mutiló en vano su cuerpo. Hoy no está físicamente con la familia que procreó en digna tierra, pero aquí dejó la impronta de su ternura hacia ellos, como el paradigma que acompaña al bien andar por la vida.

Tributo de amor

Cuando le propuse a la Doctora cubana Aleyda Guevara March, hija del Ché, centrar nuestro diálogo en la evocación de su progenitor, recordaba a José Martí al decir: "Así son los padres buenos que creen que todos los niños son sus hijos y andan como el río Nilo cargados de hijos que no se ven y son los niños del mundo."

Surgió espontáneamente mi primera pregunta: Ve a su padre dibujado por el Maestro? ...

"Creo que sí, es un pensamiento que tiene una relación quizá bastante directa con mi papá."

Periodista: Cómo recuerda a su padre?

Aleyda Guevara March : Realmente los recuerdos son escasos porque yo tenía cuatro años cuando mi papá desapareció ya de mi vida como tal.

Tú sabes que iba a cumplir siete años cuando él cae en combate, pero dos años antes salió prácticamente de la vida en Cuba y dejé de verlo en ese momento; pero antes de eso, mi papá trabajaba hasta altas horas de la madrugada y cuando regresaba a la casa, generalmente ya nosotros estábamos durmiendo, es decir el fin de semana -el domingo- después de regresar del trabajo voluntario, era que jugaba un rato con nosotros. Los recuerdos son muy escasos.

Lo hemos ido formando, dándole vida dentro de nosotros a través de terceras personas. Por ejemplo, mi mamá, que en este caso jugó un papel muy importante para nosotros mantenerlos vivo y con mucha ternura.

Queriendo con todo lo que tenía

Anécdotas así te puedo decir que un día -por ejemplo- como una nebulosa recuerdo a mi papá en ropa interior por el pasillo de la casa, con mi hermano Camilo y conmigo en sus espaldas como si fuera un caballito con nosotros encima.

Recuerdo también que yo me acostaba con mi mamá, la cual me acompañaba en la noche y alguien me levantaba, cargaba en sus brazos y acostaba en mi cama y me daba un beso tan apretado que casi siempre me despertaba.

Como era oscuro y a este personaje lo veía en muy pocas ocasiones -además era muy recto en la disciplina- empecé a tener un poco de temor a esa imagen en la oscuridad; pero él no podía evitar -dice mi mamá- el apretarme, darme el beso así, porque era muy tierno, muy cariñoso y manifestaba esa ternura, queriendo con todo lo que tenía.

Saldremos de vacaciones a la luna

Hay cartas muy lindas de mi papá, sobre todo dirigidas a mi mamá, donde se refería a nosotros. Hay una carta que él envía cuando yo debo estar al cumplir seis años, más o menos. Allí explica que serviría para felicitarme y va hablando con cada uno de nosotros.

A mí me dice que soy la mayor, que tengo que ayudar a mi mamá en todas las cosas, velar por mis hermanos y mantener una relación con mi hermana mayor.

A Camilo, que no debe decir malas palabras en la escuela, porque "Pepe, el caimán" -personaje fabricado por él para hacer cuentos y anécdotas a Camilo-, lo va a regañar si continúa diciendo malas palabras en la escuela.

A Celia: "Tu eras muy chiquita cuando nos despedimos, seguramente ya no te acordarás de mí, sigue siendo tan dulce, tan cariñosa, queriendo tanto a tu abuelita, ayúdala en todo lo que puedas en la casa."

A Ernesto le expresa: "Tu crece, que si hay imperialismo todavía, tu y yo saldremos a combatirlo. Si eso se acaba, tú, Camilo y yo, saldremos de vacaciones a la luna" y ahí entonces, se despide de nosotros.

Imposible de sustituir

El padre es muy necesario. Muy, muy, muy necesario en un hijo. Yo no lo tuve ... Yo no lo tuve presente, pero mi mamá hizo que lo sintiéramos VIVO todo el tiempo y que nuestra conducta se correspondiera con lo que mi papá hubiera querido que nosotros hiciéramos si él estuviera vivo en ese momento; es decir, ella nos lo hizo sentir ahí, ¡presente!

Yo creo que realmente padre también hay uno sólo, es imposible de sustituir, porque no hay cosa más tierna que un hombre amando a sus hijos y recibiendo de ellos, lo que se ha ganado.

Fecha de publicación de la versión digital: 26 de julio de 2005

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