El Amor
En este mundo todas las cosas pasan y cambian incesantemente.
Sin embargo, en virtud de nuestros más profundos deseos de eternidad, envolvemos a estos fenómenos cambiantes con la sombra de nuestra propia inmortalidad.
La vida del hombre es como un río. Sean cuales sean las vueltas y revueltas individuales de su curso, siempre anda buscando el mar.
Algunas veces discurre apaciblemente a través de recodos y arboledas. Algunas veces es nuestro propio ego el que nos sujeta apasionadamente, no comprendiendo que es una cosa de poca importancia y una sombra pasajera del Hombre Verdadero.
No podéis ser libres de las cosas a las que os aferráis. Aferrarse es pertener a la cosa aferrada, es una atadura.
Aquello que liberáis os pertenece. Vosotros no le pertenecéis porque perteneceís al Amor. Todas las cosas por debajo del amor atan y oprimen. Presionan e infligen daño.
El Amor es la Realidad, el Liberador, el Hacedor de Milagros.
Al hacer felices a los demás les proporcionáis un anticipo del cielo en la tierra.
Clara Codd
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