Haz De Tu Corazón

"Haz de tu corazón una llama, para alumbrar miserias y despegar tinieblas.

Haz de tu corazón un santuario, para secar lágrimas y suavizar dolores.

Haz de tu corazón una fuente, para refrescar esperanzas y hacer reverdecer las praderas del ensueño.

Haz de tu corazón una copa, y llénala con el líquido de todas tus ternuras; y deja que vengan a saciar su sed en ella desde el rayo de sol que se cuela furtivamente a travéz de las sombras; el pájaro envejecido de prodigar trinos, la mariposa cansada de recorrer desiertos, hasta la fiera que lleva aún los belfos húmedos con la sangre de su última víctima.

Haz de tu corazón un oasis, y deja que a él vengan los peregrinos del ideal, los perseguidos, los incomprendidos, los que logran aprisionar un pedazo de crespúsculo en sus manos y los que expusieron su vida por salvar la estrella solitaria que se ahogaba en el fondo artero de un lago en calma.

Haz de tu corazón una colina, y deja que vaya a contemplar desde su cima la curva majestuosa del cielo, el perfil sinuoso de las montañas, la actitud reverenciosa de los árboles en la hora mística del ángelus, y todos aquellos que llevan sus ojos vendados por la sombra de sus apasionamiento o por el señuelo de su ignorancia.

Haz de tu corazón una senda, bella, suave y melodiosa, para que por ella pasen los que aún no han sabido descubrir en la vida sus encantos ni en la muerte sus expectaciones".