La Hormiguita y La Miel

En una cocina extremadamente limpia, un día llegó un grupo de hormigas.

Buscaron y buscaron, pero nada: la ama de casa se había esmerado y no había dejado absolutamente nada para ellas.

Hasta que una de ellas vio en el alto de un armario, a decenas de metros de distancia (en la medida de las hormigas), un tarro de miel abierto.

Le propuso a sus compañera que allá fuéramos todas, pero una dijo que ya estaba cansada. Otra habló que ya había comido mucho, mientras otra indicaba que la altura no valía la pena. Al final, esta hormiga se quedó aislada.

Por un momento, pensó en desistir, pero pronto sintió las ganas de ir. Subió distancias impensables, realizó maniobras increíbles, hasta llegar al tarro de miel.

Y, victoriosa, disfrutó de su premio lo cuanto pudo, porque, después de todo, ella había sido la única que creyó que sí podía hacerlo.