¡¡¡ Bienvenid@s !!!. Espero que disfruten su paso por este blog personal. Lucio, desde Resistencia, La Ciudad de las Esculturas.
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miércoles, marzo 14, 2007

Oración Para Los Días Inaguantables

Black Cloud
Hay días inaguantables. Todos lo sabemos. Sucede a veces que el dolor nos arrebata casi todo. Todo menos la conciencia del propio mal. El tiempo y el mal han llegado a confundirse. Todo el dolor.

En esos días cuesta recibir a los amigos. Incluso a los íntimos. Una visita, un trabajo por acabar, la vida que continúa, todo esto parece desempeñar el papel de un espejo que nos remite, en reflejos inesperados, el resplandor insostenible del mal que arde en nosotros.

Sufrimiento del corazón, tortura física, poco importa. Da igual. Hay días inaguantables. La víspera todavía se decía: "Con tal que ...".

Sin ir más lejos, hay también días en los que se está harto de todo. No es que se sufra por alguna desgracia determinada. Es algo más difuso: es que la vida misma pesa, porque los días son demasiados iguales, y cada mañana pesa, porque los días son demasiado iguales, y cada mañana trae los mismos pequeños roces, desde hace cinco, diez o veinte años. Forzosamente, esto acaba por acumularse y todo junto pesa demasiado.

Vaya a orar en tales condiciones. Cuando lo único que quisiéramos es -confesémoslo sencillamente- tener menos malestar.

Y sin embargo, precisamente esos días es cuando deberíamos orar. Orar, desprenderse un poco de sí mismo, volverse trabajosamente hacia ese Dios misterioso.

Si bastase quererlo ... Por más que se sepa que la gracia de la oración no nos será rehusada, hay, con todo, días inaguantables.

Después de todo, hasta Job maldijo el día en que nació, antes de recobrar el dominio de sí y arrancar de su corazón una alabanza como él nunca la había hecho.
Lucien Jerphagnon.

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