Cuando Las Dificultades Agobien
Permíteme orar,
no para obtener protección
contra los peligros,
sino para afrontarlos
sin temor.
Permíteme pedir,
no alivio a mi dolor,
sino el valor
de superarlo.
Permíteme buscar
en el campo de batalla
de la vida,
no aliados,
sino propia fortaleza.
Permíteme no suplicar,
temeroso,
por mi salvación,
pero sí tener paciencia
para conseguir mi libertad.
Concédeme que no sea un cobarde,
sentir tu misericordia
en mi triunfo, solamente;
pero deja que, en mi fracaso,
encuentre el apretón de tu mano.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home