No puedo darte soluciones para los problemas de la vida,
ni tengo respuestas para todas tus dudas o temores,
pero puedo escucharte y buscarlas junto a ti.
No puedo cambiar tu pasado ni tu futuro,
pero cuando necesites allí estaré.
No puedo evitar que tropieces,
pero puedo ofrecerte mi mano,
para que te sujetes o te levantes.
Tus alegrías, tus triunfos
y tus éxitos no son míos ...
pero disfruto sinceramente
cuando los alcanzas.
No puedo impedir que te alejes de mí,
pero si puedo desearte lo mejor
y esperar con ansias que algún día vuelvas.
No puedo evitar tus sufrimientos,
cuando alguna pena te parte el corazón,
pero puedo llorar contigo
y recoger los pedazos para armarlos de nuevo.
No puedo decirte quién eres, ni quién deberías ser.
Solamente puedo quererte como eres
y decirte que siempre seré tu amigo.
Anónimo.