Perdón

El perdón es el espacio que nos damos para dejarnos crecer y cambiar.

Dios no perdona olvidando, como si perdiera la memoria; Dios te perdona dándote la oportunidad de que cambies y te conviertas.

Cuando juzgas y condenas, fijas a tu hermano a su pasado; cuando perdonas, le abres su futuro.

Perdonar no es resignarse a que todo siga igual, sino dar una oportunidad para que todo cambie.

Aunque tú no lo sepas, todos los que te aman te están perdonando.

El que perdona se instala en la esperanza; el rencoroso se fija en los recuerdos.

Si Dios no te perdonara hoy, tú no amanecerías mañana.

Perdonarnos es nuestra única posibilidad de amarnos.

Antes de pedir que alguien te perdone, pregúntate si estás dispuesto a reconocer tu culpa.

Puedo perdonar tus ofensas precisamente porque no las olvido; pero quiero amarte y darte la posibilidad de que cambies.

El ofensor no queda perdonado porque el ofendido olvide las ofensas recibidas, sino porque ambos se reencuentran en el amor.

Es tan difícil perdonar como ser perdonado, porque la reconciliación exige un cambio en el ofensor y en el ofendido.

René Trossero.