Postales Del Día De La Patria

El día arrancó temprano con el desfile de instituciones en la plaza central. Bares, Cafés y las calles del centro, con sus locales cerrados, fueron las visitas de paso. El locro o el asado se degustaron al mediodía y, por la tarde, paseos al aire libre.

Un hermoso día acompañó el 25 de mayo. Los colores celeste y blanco predominaron en niños, jóvenes y adultos, que disfrutaron de un feriado a pleno sol y patriotismo. Desde el desfile en la plaza central, bares y cafés, parrillas y casas de comidas donde ofrecían el tradicional locro o el infaltable asadito, hasta los paseos al aire libre en los variados espacios verdes que ofrece la ciudad, fueron puntos preferidos de este día.

A pesar de que el centro mostraba las puertas de todos sus comercios cerrados, la gente paseó por sus calles mirando vidrieras. La postal predominante fue la de la familia y la de los niños, quienes indudablemente fueron las estrellas de este feriado, ya que son los que más disfrutan de este acontecimiento.

Desde muy temprano comenzaban a llegar a la plaza central jóvenes con sus uniformes del colegio y niños acompañados por sus padres. Damas antiguas, caballeros, lavanderas y veleros en miniatura, formaron parte del paisaje. Todos desfilaron orgullosos y después compartieron el día con sus familias.

Los jóvenes, tras el desfile, aprovecharon la mañana con sus compañeros en la plaza, donde incluso, no faltó hasta el picadito de fútbol. En los alrededores se podía adquirir todo tipo de productos referidos a la fecha: escarapelas, prendedores y banderas. También se pudo degustar de platos típicos que ofrecían los vendedores como tentadores pastelitos y tortas fritas.

Los artesanos no quisieron quedar fuera del acontecimiento y también estuvieron presentes exponiendo sus trabajos a la venta. La plaza 25 de mayo, que albergó a cientos de personas, fue sin duda fue el corazón del feriado.

Desde la vereda de los bares se podía sentir el aroma a café que invitaba a la gente a sentarse en sus mesas y tomar un buen desayuno. Todos estuvieron colmados de familias que antes o después del desfile, pasaron por éstos. Tampoco faltó la lectura de los diarios, que ayer se pudo hacer más detenidamente.

El centro, a pesar que los comercios cerraron sus puertas respetando el feriado, excepto por un casa de electrodomésticos, estuvo concurrido por familias y jóvenes que pasearon por sus calles, mirando vidrieras. Los vendedores callejeros tampoco quisieron quedar afuera y aprovecharon también el flujo de personas que después del desfile “se pagaron una vueltita a ver que veían”.

Ya cerca del mediodía, y al llegar la hora del almuerzo, la gente buscó con qué deleitar su paladar. Y para esto la oferta fue amplia. Si bien muchos prefirieron hacer el asadito en la casa con la familia, otros eligieron la comodidad de las parrillas, fast foods y restaurantes donde todo ya estaba listo para consumir. El locro fue el plato típico elegido por muchos.

Dadas las 12, la gente se acercaba a las numerosas parrillas o bien escuelas o clubes, que para recaudar fondos ofrecieron el plato tradicional del 25 de mayo. Con las fuentes en mano buscaban sus porciones para compartir en familia.

La siesta y la tarde se prestaron para los paseos al aire libre en los variados espacios verdes con los que cuenta la ciudad.