La Rana Y El Monje
Estaba un monje orando en su celda. De repente por la ventana comenzó a escuchar el intenso croar de una rana. Por más que intentaba concetrarse no había manera, así que se acercó a la ventana y espetó a la rana:
- ¿Quieres dejar de hacer ruido? ¿No ves que estoy reazándole a Dios?
La rana, asustada, por un momento calló. Sin embargo, no habían pasado ni dos minutos y reanudó su croac, croac, croac. El monje, enfadado, de nuevo se acercó a la ventana:
- ¿Me vas a estar molestando todo el día? Así no puedo rezar a Dios.
De nuevo se hizo el silencio durante un rato ... para luego volverse a oir el croac, croac, croac incesante de la rana. Rojo de cólera, el monje se acercó a la ventana con un candelabro, blandiéndolo de manera amenazadora:
- ¡ Maldito batracio !, ¡ Cállate de una vez o te acordarás de mí!
Entonces se oyó una voz desde lo alto:
¿Qué te hace pensar que prefiero oír tus oraciones en vez del canto de la rana?
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home