El agua y el petróleo vienen de la tierra.
Y a pesar de que en algunos aspectos son parecidos, son opuestos en su naturaleza y en su propósito.
Uno de ellos extingue el fuego, el otro da combustible al fuego.
De modo parecido, el mundo y sus tesoros son creaciones de Dios junto con el alma y la sed de encontrar la verdad espiritual.
Pero si intentamos saciar la sed de nuestra alma con la riqueza y el orgullo y los honores de este mundo, es como intentar extinguir el fuego con el petróleo.
El alma sólo halla paz y contento en el Dios que la creó junto con sus vehemencias.
Cuando nos volvemos hacia el divino Maestro, recibimos agua que satisface a nuestra alma.
El agua es un manantial de vida espiritual que surge de lo más profundo de nosotros.
Sundar Singh - Enseñanzas del Maestro.