Un Pequeño Paso En La Lucha Por La Educación

El Diario de la Región - Editorial - Sábado 17 de septiembre de 2005.

Lo que consiguieron los padres de la escuela Yebrail Matta es un aliciente y deja en evidencia una vez más, que los padres deben involucrarse de lleno en la educación de sus hijos, que ya no se puede mirar hacia otro lado y que, más allá de los problemas acuciantes del día a día, es necesario pensar en el futuro de las generaciones que vendrán.

Por no pensar en el futuro del país, los argentinos miramos hacia otro lado -o, peor, apoyamos golpes de Estado-, verdadera lacra que significaron retrocesos en la construcción social y política del siglo XX.

Por no meternos, dejamos que una dictadura genocida, como la de la década del ´70, arrasara con toda una generación y dejara al resto -sean los que lucharon o los que abogaban por el "por algo será"- condenados a un modelo económico y social de pobreza y exclusión.

Por tratar de comer hoy, en la neoliberal década menemista (leáse los ´90), dejamos que hipotequen el futuro de nuestros hijos, relegando a la educación al furgón de cola, implementando la nefasta Ley Federal de Educación, mientras nos divertíamos comiendo pizza, bebiendo champaña y mirando Tinelli en la TV. Nos gustó ser tilingos.

Ya en editoriales anteriores marcamos la preocupación por la falta de decisión de dar marcha atrás con la transformación educativa, la misma que hoy produce fracasos masivos en los intentos por ingresar en las universidades, mientras rectores, decanos y algunos profesores insisten con que no hay examen de ingreso, es decir, que el ingreso es irrestricto. Pero, la verdad es que, si no se superan determinadas condiciones, los aspirantes a universitarios, pierden un año completo sin poder estudiar carrera alguna. Las cosas por su nombre.

Por eso, es necesario que todos los padres imiten el ejemplo de los de la escuela Yebrail Matta, de los de la ex Industrial, de los del ex Normal, para que la escuela pública siga siendo el lugar que eduque a nuestros hijos y no a una fábrica de fracasos que pone en riesgo al futuro de nuestro país.

* Nota: No olvidemos a otras escuelas, algunas transformadas a pesar de la lucha (las primeras en ser "adheridas" al "nuevo" sistema) y a otras que vinieron luego y se negaron a serlo, donde la unión de padres, alumnos y profesores evitaron ese fatal cambio educativo.